Aunque sea un tipo rudo a nivel meditativo ,pues solo estuve practicando durante un año tres o cuatro veces a la semana, puedo opinar con conocimiento de causa histórico. Añoro muchísimo tener más sesiones de meditación, que espero recuperar en algún momento del futuro, cuando las condiciones vitales me lo permitan.
Respecto a la oración , que para mí es un tipo concreto de meditación religiosa que va acompañada de frases bellas dirigidas a los ángeles, a Dios, y/o a divinidades universales y locales – buda, cristos, dioses elementales, vírgenes, santos y santas-, también sirve mientras sea una oración constructiva y amable. Dentro de las oraciones aparecen posibilidades de adoración de entes perversos, con sus oraciones oscuras, pero no voy a entrar en esa tesitura pues es muy toxica y destructiva. No ha lugar en este entorno, y no estoy muy informado. No tengo interés.
Si rezan ustedes a algún santo, o virgen, o imagen del Cristo local , o elemental, piensen cosas buenas y pidan cosas constructivas para ustedes y para los demás. No olviden a los otros en sus oraciones o peticiones. Y esos otros pueden ser conocidos y desconocidos. Además estas oraciones pueden ser cuestión de culto puro o de doctrina. Ambos caminos, en tanto que pacíficos, son útiles. Uno lleva hacia una praxis constructiva, y otro hacia una praxis más moral e, incluso, metafísica.
En cuanto a la danza , también es una opción pero en mi caso hace años que no bailo aunque no puedo dejar de reconocer que cuando bailaba era más feliz. Estaba más tranquilo. Soltaba ponzoña y conseguía pensar en poco o en nada. El moverme al ritmo de la música y, puntualmente, pensar en una mujer hermosa y dedicarle el baile, llenaba toda mi atención.
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