Tampoco puede permitirse la irresponsabilidad de los cargos cuando cometen errores. No me sirve el frecuente sistema de búsqueda de “chivos expiatorios”. Es demasiado arcaico culpar a otros. Es demasiado básico.
También me hace gracia la obsesión por la eficiencia en todas las tareas que se desarrollan o desempeñan. Hay un ambiente generalizado donde la palabra eficiencia ha ganado un valor casi absoluto y, para mí, es una cuestión relativa o muy relativa. Evidentemente, voy a intentar explicarme. Otro término bien parecido es : La excelencia. Y este término debe relativizarse, Carenadamente escribiendo, claro.
Eficiencia y excelencia no dejan de ser zanahorias en busca de herbívoros u omnívoros que las deseen. Estos conceptos son propios de minorías antes que de mayorías, y voy a intentar explicarme si ánimo de molestar. En un grupo de personas que desarrollan una determinada tarea, como en el grupo de Empleados o Empleadas del Hogar, todos los trabajadores, o trabajadoras, no desarrollan las tareas con la misma corrección y rapidez. Imposible. En este entorno ¿Es necesaria la eficiencia o la excelencia; o quizás lo mejor es la regularidad , la corrección en las tareas, y el cumplimento de los horarios? En el gremio de los ingenieros...¿Es necesaria la eficiencia en los tiempos de diseño o es mejor que los tiempos sean los necesarios y suficientes? Puede entenderse la eficiencia en tareas rutinarias de programas CAD y cálculos iniciales, pero poco más. Ir con prisas no es una buena actitud salvo en las películas de ficción.
Eficiencia y excelencia tienen valor en los deportes olímpicos y en muchas competiciones. Pero ese universo deportivo no puede extrapolarse hacia otros contextos más complejos y menos arbitrados. Es, sencillamente, de locos. Estar compitiendo siempre contra el tiempo, contra una tarea, o contra otra persona es un despropósito. La vida tiene una textura diferente a la que nos quieren vender. Extrapolar estos términos hacia entornos ajenos a los deportivos , o competitivos, no tiene sentido lógico ni generalizable. Otra cuestión es que cuando se escribe sobre eficiencia se esté hablando de no escaquearse en el trabajo o de las tareas encomendadas. Eso es otro cantar. Eso es, otra historia.
Y al respecto de la excelencia de los mejores, o de los ganadores, no deseo escribir mucho más ahora. Mi visión ronda al común de los mortales, no a las excepciones, que las hay. Lo que no puede permitirse es generalizar conceptos de minorías en grupos gigantescos de personas.
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