Evidentemente que exprese
estas consideraciones no supone que sea un conductor perfecto.
También he realizado pequeñas infracciones adelantado. No puedo
negarlo . Recuerdo una ocasión en que estaba obsesionado con la
idea de ser fotografiado por un radar móvil durante un
adelantamiento , con la escusa de esa preocupación tardé varios
minutos en adelantar a un vehículo en una autopista. Circulaba
puntualmente a 130 Kilómetros por hora y estuve observando el morro
del coche que estaba adelantando por si veía alguna protuberancia o
radar en dicho morro. Durante mis observaciones no aceleré más y el
adelantado tampoco varió su velocidad durante un tiempo. Quedamos
empatados durante un rato, quizás varios minutos. Al final ,el adelantado me dio una ráfaga
de luces y bajó un poco su velocidad. Gracias. Tras ese gesto pude
adelantarlo finalmente. Tengo que reconocer que mi actitud ante el
miedo a una multa, por exceso de velocidad, me hizo generar una
situación incómoda con final feliz.
No puedo dejar de
expresar una de las maniobras más arriesgadas que observo al
circular . Y no es la primera vez que la menciono por este entorno. A
parte de la señal más crítica para mí que es la de stop, la que
me da más miedo, por ser más frecuente, es la del ceda el paso. Voy
ha realizar una reflexión en torno a ella.
Muchos carriles de
aceleración e incorporación parecen calculados para acceder a la
pista, o carretera, a la velocidad limitada que ha sido indicada
anteriormente para los vehículos que circulan con prioridad y que,
evidentemente, suele ser una velocidad que no es respetada salvo que haya un radar. Así pues
los cálculos de tiempo y aceleración durante la incorporación son
críticos cuando uno observa vehículos que se aproximan a nuestra posición. También podrías ponerte a esperar en el carril de
aceleración hasta que no viniese nadie, con el riesgo que supondría cuando otro conductor quisiera incorporarse a la misma vía que tú mientras estás detenido en el carril. ¡Ufff!
No hay comentarios:
Publicar un comentario