Cambio el tercio respecto
a las últimas entradas, centradas en el pvirus y toda su polémica,
para escribir sobre la globalización y sus consecuencias conocidas y
cercanas.
Considero necesario
relatar dos casos locales que me han contado de primera mano y que
tuvieron que ver con el mercado único europeo, antes que con el
mercado mundial. No voy a irme a la fecha en que el mercado único
comenzó a funcionar para España, pero sí voy a relatar dos
perjudicados que tuvieron que cerrar el negocio, en el primer caso, y
reformularlo en el segundo caso.
El primer afectado era
un autónomo con una pequeña empresa y tres trabajadoras que
realizaban sus tareas en una nave cercana a Campo de Criptana. Este
conocido, que casi es amigo, vendía papel higiénico en la Mancha y
en muchas provincias cercanas a la comunidad autónoma. Tenía clientes hasta en
Granada. Él mismo , con una furgoneta a tope, realizaba las entregas
para no tener que pagar portes, pues el papel higiénico, que ahora
está muy de moda en las guasas, ocupaba, y ocupa, mucho volumen y
eso encarecía su transporte a través de cualquier agencia ajena a
la empresa en sí.
Funcionó estupendamente
antes de la apretura del mercado, o “globalización” europea.
Había en el sector unos cuantos pequeños productores, a parte de él.
Entonces, cuando se abrió el mercado, apareció una multinacional
italiana que lo primero que hizo fue bajar los precios por debajo del
coste del material que compraban los pequeños productores, para limpiar el
mercado de pequeñas competencias. Tal fue su intervención, completamente destructiva, que dicha multinacional se
quedó con el mercado español y, en ese momento, subió los precios.¡Jaque mate!
El segundo afectado
fabricaba tubos dobles de acero para la salida de gases de las calderas ,
que aquí son muy comunes para calentar las casas en invierno y parte
de la primavera. Fabricaba un tubo doble y concéntrico con un
aislante térmico entre los dos tubos en cuestión, el exterior y el
interior. Compraba el material a una siderurgia y lo adaptaba a su
configuración concéntrica hasta que, como podréis anticipar, con
el mercado único llegó otra multinacional italiana, muy curioso, que
comenzó a vender los mismos tubos concéntricos, y aislados, por debajo del coste
de los tubos sueltos que el pequeño productor compraba a su
proveedor. En este caso lo que hizo este pequeño empresario fue
dejar el sector de forma inmediata y concentrarse en otros sectores
que necesitaban el metal trabajado. Se concentró ,sobre todo, en los cierres de
aluminio para porches y terrazas, y ha sobrevivido económicamente hasta la fecha.