Es curiosa esta vida tan
extraña. Te encuentras en ella personas de todo tipo y condición.
Desde personas libres sin cuartos, hasta personas esclavas con
cuartos y propiedades. Es casi una paradoja. Es hasta un absurdo
antropocéntrico.
Por razones de
supervivencia a corto , y presumiblemente a medio plazo, vivo de
interno con abuelos y , sin ánimo de molestar a nadie, o a alguien,
tengo que decir que son profundamente infelices. Nadie les ha
preparado, si eso es posible, para esta parte de la vida tan llena de
desengaños y pérdidas. El nivel de frustración es enorme y ,
personalmente, les facilita perderse en sus pensamientos repetitivos,
en su infiernos interiores, en sus defectos de siempre amplificados.
¿Quién desea una
pérdida de movilidad? ¿Quien desea una pérdida de cualidades
mentales? ¿Quien quiere perder? Pues nadie, que yo conozca.
Evidentemente, todos
queremos la victoria, el éxito en la pequeñas y grandes cosas; y
ese éxito, como ir a darse un paseo cuando apetece, conseguir una
promoción laboral, alcanzar un premio, etcétera, puede verse
eliminado de la ecuación de la vida presente cuando llegas a la
vejez con achaques.
Evidentemente la solución
no pasa por la eutanasia , y el asunto de una residencia de mayores
no tiene porque ser mejor opción que vivir en casa. Depende de
múltiples factores. La reflexión sobre lo que es una residencia de
ancianos ya la he expresado en este entorno, y no hace mucho tiempo. Así pues me centro en la asistencia domiciliaria a ratos y con permanencia.
La primera solución
teórica es la aceptación del problema de la vejez pero ¿Quién le
pone el collar al perro? ¿Qué realidad deben vivir nuestros
ancianos? ¿Qué realidad pueden vivir? ¿Pueden valerse solos, o con
ayuda? ¿Pueden regir sus vidas en condiciones? ¿Son capaces de
delegar en sus hijos?
Otra segunda solución
sería la actividad constructiva antes que el activismo. Hay una gran
falta de ocupación, o entretenimiento, aparte de ver la televisión.
Es de gran importancia el concepto de proyecto en base a las
circunstancias. Los abuelos deben tener tareas que realizar que
mejoren su autoestima y que les permitan una percepción optimista de
su situación, de su presente. Evidentemente no estoy diciendo nada
nuevo, nada que no se haya reflexionado o dicho. Solo pretendo
ofrecer, como siempre, mi visión de las cosas ante la vejez y sus
circunstancias.
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