Ahora , poco antes de
concluir esta secuencia que he llamado residencia, voy a relatar dos
casos duros, e incluso crueles, pero muy reales. Dada su
autenticidad creo necesario expresarlos aquí. Se trata de dos personas
reales que sufren pese a la buena asistencia que reciben, dado que la
asistencia no puede hacer más de lo que hace. Dado que su situación
no es mejorable con la medicina actual.
Le ruego a todas las
personas sensibles , si pasa por aquí alguien alguna vez, que no
continúen leyendo estas letras. Gracias. Mi objetivo es dar fe, no
generar dolor ni ofensa.
Empiezo por Él. Él es
el hombre de la antigua frase que nos dictaban en el colegio:
Ahí hay un hombre que
dice ay.
Ese es Él. Lo he
encontrado y está en La Mancha. Sufrió un accidente que le dejo el
hemisferio izquierdo de su cabeza aplastado. Tuvo que ser un
traumatismo salvaje y, a mi entender, está vivo de milagro. Cuando
le ves la primera vez asusta un poco su aspecto asimétrico. Siempre
va inclinado hacia adelante en su silla de ruedas, y se desplaza
dando pequeños saltos con su pie izquierdo.
Después de varios meses
saludándolo solo respondía ante un hola con la única palabra que
decía:
-Hay.
Usaba y usa la palabra
hay, suponiendo que este es el hay que debo escribir, de forma
rítmica y repetida.
-Hay Hay Hay...Hay Hay
Hay...Hay Hay Hay...Hay Hay... Hay Hay.
Y otras variaciones
rítmicas de la palabra que maneja. Hace poco conseguí conocer otra.
Me agaché un poco para conectar su mirada, le dije hola, hizo un
gesto de aparente sorpresa, y respondió: Hola.
El día más curioso en
su compañía fue un domingo de principios de otoño en que el tiempo
era buenísimo. Se puso en la puerta principal de la residencia a
pedir a los visitantes con un gorro en la mano a modo de cesta.
Después de un rato el responsable de turno de la residencia se
acercó a él para preguntarle.
- ¿Pero qué
haces aquí?
- Hay...Hay Hay...Hay Hay Hay.
- Anda. Vete para adentro. Te llevo.
Y lo quitó de las zonas
comunes. La verdad es que se había puesto a pedir dinero. Al menos
era lo más razonable dada su ubicación , postura, y gorra en mano.
He encontrado al hombre
que dice ay. Está en la Mancha y , como era de esperar, no está
bien. La vida es a veces triste, a veces es pena. Parece ser que esto
es lo que hay.
"Le ruego a todas las personas sensibles , si pasa por aquí alguien alguna vez, que no continúen leyendo estas letras"
ResponderEliminarDebí hacerte caso
EL otro día sonó el teléfono y me salión esta grabación: "Hola amigo. ¿Quiere ser tan feliz como yo? Pues envíe 1 euro a Hombre Feliz, C/ del Algarrobo 13, Pedro Muñoz (Ciudad Real). Recuerde, la felicidad está a 1 € de distancia"
ResponderEliminarEl clásico Barcelona-R. Madrid se jugará finalmente en P. MUñoz, en el patatal de Carenado, ante las amenazas de Tsunami Democratic
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