El
tiro de entrada de aire es casi siempre el lugar indicado sobre el
que actuar cuando se quiere aumentar la temperatura de caldera, o
bajarla, para una misma configuración de radiadores. Manipular esta
entrada es más eficiente que manejar el tiro de salida de gases,
siquiera apoyándome en mi limitada experiencia.
Solo hay un momento en que el tiro de entrada no sirve para nada, y es cuando la cantidad de ceniza acumulada es tal que no entra aire por la ranura de ceniza, altura a la que se encuentra el tiro en cuestión, ni por la parrilla de extracción, o por ende, ni por la puerta del tiro de entrada de aire. Circunstancia “tapón” muy típica si no se retira la ceniza con suficiente frecuencia. En esta tesitura de obstrucción no sirve de mucho , más bien de nada, abrir más o menos esta portezuela, pues hay un tapón de material en la ranura de ceniza y en la parrilla de extracción, lugares por los que tiene que pasar el aire con su oxígeno para alimentar la apreciada combustión.
Respecto
al tiro de salida, el asunto es más complicado de cara al control de
la combustión en la caldera y su temperatura. Jugando con sus
limitadas posiciones, pues es menos regulable que el tiro de entrada,
se consiguen pequeñas variaciones. Solo su cierre, que no es posible
en la configuración de la caldera, sería determinante, aunque
ignoro si apagaría la caldera o los gases de combustión saldrían
por cualquier lugar... En resumidas cuentas el tiro de salida es
bueno que esté más o menos abierto siempre, y la salida de gases
sin obstrucciones de ceniza.
De hecho el tubo de salida de gases,
cuando toma la vertical hacia el tejado, tiene un tapón de vaciado
de cenizas. Si queremos un funcionamiento normal de la caldera, la
salida de gases y su tiro deben estar suficientemente libres para
que la evacuación de gases de combustión, y de cierta ceniza, sean
posibles.
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