El
depósito de combustión , o cámara de combustión, abarca casi
todo el interior del mueble de la caldera, a excepción del espacio
de la bandeja de ceniza por donde se produce la evacuación de
cenizas, y a excepción de las puertas superior e inferior que
permiten , evidentemente, el acceso al depósito de marras para
realizar las diferentes tareas en él. El antedicho está rodeado por
el serpentín en todas sus superficies de contacto con el carbón
ardiente, con sus llamas, y con los gases calientes de combustión
que van hacia la salida de gases del dispositivo. Hay que decir,
inevitablemente, que dentro de este depósito es donde se va a ir
acumulando la ceniza, y sus mulas “toas”.
En el
caso del coke, casi toda la ceniza se va acumulando en las ranuras de
ceniza y, con un sencillo rascado , cae hacia su bandeja y , es
entonces, cuando la caldera retoma su ritmo perdido.
Pero,
desgraciadamente, en el caso de la antracita, cuya ceniza es más
heterogénea al abarcar una considerable variedad de tamaños, esta
se va acumulando en las paredes del depósito de combustión y,
además, en las ranuras de ceniza. La acumulación en las ranuras se
resuelve rascando, pero la acumulación en las paredes implica que el
depósito va perdiendo capacidad de contención de carbón o, lo que
es lo mismo, va disminuyendo su tamaño aparente hasta ser
ridículamente pequeño y necesitar un apagado. No dispongo de ningún
útil que permita el rascado de las paredes verticales con todos sus
resquicios y plieguecillos de las narices , consecuencias del
necesario serpentín. Es lo que hay.
La
acumulación de cenizas en las paredes puede dejarse hasta un límite
siempre y cuando no se necesite toda la potencia posible del sistema
de calefacción. Si no hace mucho frío puede permitirse esta
acumulación en las paredes durante varias semanas, pues el rascado
de las ranuras de ceniza permitirá , durante ese tiempo, un volumen
mínimo que podremos ir llenando con poco carbón. Durante ese tiempo
bajará el consumo de carbón y, por supuesto, las posibilidades de
caldeo de la casa. Todo dependerá de las necesidades de calor del
hogar. Durante el entretiempo manchego es una solución muy razonable,
siquiera para mí.
Para combustión histórica cuando te agachaste a amarrarte un zapato al lao de la caldera tras comerte 1 kg de fabada.
ResponderEliminar