En la entrada inmediata
anterior escribo sobre Sanchos, ahora le toca el turno a los
Quijotes. Vaya apuro. Escribir sobre Quijotes es casi sinónimo de
escribir sobre locura y, porqué no, sobre locos. Comienzo a pensar
en los Quijotes que conozco, y siento que unos pocos intentan
mantener el equilibrio, pero gran parte de ellos han perdido el
norte,el sur, el este , y el oeste. Es una pena. Ser Quijote ha sido
difícil en el pasado y ahora, también. Presumiblemente toda esta
justificación se deba a que no soy Quijote ni lo fui nunca, aunque
me haya visto de aquesta manera. También puede que todo esto se deba
a que soy Sancho y me siento culpable de no ser otra cosa, otro tipo
de persona. Cuando fui voluntario quizás fuese Quijote, pero a fecha
de hoy no lo tengo tan claro.
El sistema donde vivo, y
quien sabe si el universo, empuja hacia actitudes conservadoras que
nada tienen que ver con las opciones políticas. Ser Sancho es lo
frecuente y lo poco criticable. Moverse por ideales en el camino de
la vida es tachado de estupidez y de locura, sin ser uno
necesariamente un loco. Es la diferencia entre acomodarse, o luchar
por la justicia sin desorientarse.
También reconozco que
muchos Quijotes aparentes son solo eso, apariencia. Utilizan el ideal
para el propio beneficio, y cuando consiguen sus objetivos , sobre
todo cierto poder, se ve lo que siempre han sido. Se ve que son tan bichos como otros.
Reconozco que a fecha de
hoy he tratado Quijotes exteriores e interiores. Los que luchan
contra los monstruos exteriores , y los que pelean contra los
monstruos interiores que llaman egos o demonios. Y , sinceramente,
todo esto no deja de ser tremendamente doloroso. En mi caso, de
animal declarado, busco un punto intermedio de análisis desde donde
vislumbrar lo que hay detrás de las sombras de la existencia y,
desde ahí, intento contemplar el sentido de las cosas y sus
emociones.
Entre los Quijotes que
conozco, donde entran hombres y mujeres, evidentemente, muchos se
esfuerzan en cambiar las cosas exteriores, y otros luchan por mejorar
su mundo interior para ser mejores personas y así mejorar la
sociedad desde dentro hacia fuera. Bravo.
Suerte a todos los
idealistas y soñadores. Vosotros sois los que iniciáis el futuro.
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