En
esta ocasión de hoy, ahora, quiero reflexionar en torno a algo tan
sencillo como el fuego. La verdad es que nunca me había planteado
porqué una hoguera se encendía como se encendía normalmente , y con
el lógico propósito de encenderla pronto.
¿Por
qué se encendía desde su parte inferior, y no desde la superior?
¿Por
qué esa forma de cono, con la base más o menos grande sobre el
suelo?
¿Por
qué dejar huecos entre los diferentes materiales combustibles
utilizados?
Sobre
las otras preguntas que afectaban a la facilidad de combustión de
unos materiales u otros , y de como combinarlos para tener un efecto
dominó apropiado, y amparado, en el preciado oxigeno y en el carbono
de la leña, poseía algunas nociones aunque siempre había sido
otro , u otra, el artífice de encender el fuego en todas las
chimeneas que he conocido en el espacio tiempo de los objetos, los
sujetos y, desgraciadamente, la estupidez antropomorfa. Mi
estupidez.
Reflexionando
un poco la primera respuesta es sencilla desde la perspectiva de las
corrientes de convección, esas que hacen que cualquier fluido se
mueva hacia su menor densidad. Es decir, en el caso del aire, las
corrientes de convección hacen que el aire fluya, o circule, hacia
arriba, hacia el techo, o hacia el cielo. El aire caliente , según
los modelos científicos vigentes, es menos denso que el aire frío y
tiende a subir , o fluir hacia arriba, por la naturaleza de sus
condiciones de temperatura.
Simplificando,
al encender un fuego por su parte inferior facilitamos que las llamas
afecten a la masa de combustible que hay en la parte superior de la
hoguera planteada, facilitamos la combustión de los materiales que
tardan un poco más de tiempo en prenderse. Si intentamos encender
la hoguera por su parte superior tirándo un papel ardiendo, por
ejemplo, solo conseguiremos que se queme el papel en sí y, a lo
mejor , ni eso. Su llama no afectará al material inferior salvo que
un cachito de papel ardiente caiga hacia el fondo y no se apague en
la caída.
Continuará
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