Evidentemente
no podemos dejar el futuro en manos de las grandes corporaciones
porque, sencillamente, no están diseñadas para repartir, si no para
ganar lo máximo posible sea como sea, y con las justificaciones, o
estrategias , que sean necesarias para que sus dueños , o
accionistas, ganen el máximo dinero posible. Maximizar beneficios
como sea y minimizar gastos casi como sea. Perogrullo de carácter
altamente egoísta. Y el egoísmo no va a arreglar los problemas de
muchos, aunque, evidentemente, todos seamos básicamente egoístas. Perogrullo también antes y después del voluntariado y la pública
generosidad. Quiero expresar, para evitar ambigüedades, que más
allá del voluntariado o el sacrificio por los demás , cuando
sucede, está el hecho inevitable del egoísmo. Evidentemente, otro
perogrullo -siqueira para mi- , es que pueden establecerse muchos
niveles de egoísmo.
Si
la cosa sigue igual, el futuro que se presenta es de locos.
Antiguamente el tiempo , los alimentos, el cobijo de cosechas
animales y personas, y el agua potable, determinaban la prosperidad o
desgracia de las comunidades, tribus, pueblos, etc. Ahora los actos
de grandes corporaciones, secundados irremediablemente por la clase
política y los estados, definen el futuro de todos a corto plazo y,
sinceramente, no están capacitadas para ello. Como ya he escrito
arriba, y como muchos supongo que sabéis.
Sí
hay futuro es más allá de la globalización. Quizás sea el momento
de desactivarla y volver a las ideas de mercados locales y, como
mucho , nacionales dejando, evidentemente, la libre circulación de
personas entre países, estados y/o naciones. Libre circulación de
personas , pero no de mercancías. El valor de las mercancías que
circulan debe ajustarse con aranceles para , desgraciadamente,
compensar diferencias. Si un país tiene trabajo esclavo, o
semiesclavo, con una mano de obra muy barata, el sistema local, o
nacional, tiene que compensar y negociar con los proveedores globales.
Continuará
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