Muchos
sujetos y asociaciones hacen balances anuales, y un servidor, pese a
ser un animal declarado y evidente, va a hacer lo mismo hoy.
Recapitular
siempre viene bien , aunque sea para mal. Pero eso lo voy a dejar
para el final de esta entrada. Comienzo con asuntos más benignos.
Bien
es verdad que parece que voy a terminar este año manteniendo mis
relaciones con mis seres queridos sin perder su contacto infrecuente,
pero contacto. Que difícil es poder cumplir con todas las personas a
las que quieres, cuando te encuentras lejos de casa. Se torna una tarea imposible corresponder a todos, cumplir,
dar a entender que te importan los otros dedicándoles parte de tu
tiempo de vida.
También
es cierto que no encuentro tiempo para ningún voluntariado o
actividad altruista que implique participar en alguna tarea bien
intencionada, colaborativa, gratuita. No sé si es que soy más
egoísta que antes, o que tengo menos tiempo, o que el tiempo corre
más rápido, o que tengo demasiadas actividades en mi entorno
espacio-temporal habitual. La verdad es que no tengo ni idea. Solo
tengo la sensación de que la vida se me va corriendo, se me evapora, se me disocia.
A
nivel particular mi situación es satisfactoria , aunque no perfecta.
Pero a nivel general sigo teniendo la sensación de que me están
tomando el pelo. Solo veo vanidad, ambición salvaje, codicia, celos, envidia, oportunismo,
egoísmo, absurdo, ladrones, psicópatas, obsesos, embusteros,...
Evidentemente
la vida, pese a su belleza y sus absurdos, es algo maravilloso pero
injusto para la mayoría de la población, para la mayoría de las
personas. Y digo esto, evidentemente, más allá del Karma y del Darma. Desgraciadamente, solo puedo entender el universo humano desde
el dolor, desde la suerte, o desde la nada.
Ahora,
con vuestro permiso, recapitulo globalmente. Como especie, como
bichos, seguimos siendo incapaces de establecer un equilibrio justo
que equipare las posibilidades vitales de todos los habitantes de
nuestro planeta. Sigue habiendo personas importantes y personas
basura . Y entre estos dos extremos existe una amplia variación de
niveles. Además, la mayoría de la población es perdedora en la vida , en base a la obsesión por el éxito . La población se deja engañar para vivir mejor en su caos, consigo misma. Es una absurda pena.
Pese
a esta visión de las cosas, del mundo, os deseo lo mejor para el año
que entra. Muchas felicidades, y muchos buenos deseos.
Por
favor. Sed Felices.