Muchas
personas , una vez han conseguido un cierto nivel adquisitivo, tienen
miedo a no poder mantenerlo, a perderlo, y la esperanza ha pasado a
ser un Dios llamado dinero, o Cuartos que también sirve. El mundo
de la moral ha integrado , peligrosamente, valores del mundo del
mercado y su pirateo. Ante unas sociedades menos religiosas se ha
producido un transporte de valores donde Dios y Dinero se han
acercado semáticamente. Para demasiados humanos de hoy Dios es el
Dinero. Este transporte de valores morales está basado en el miedo
a no tener, en el miedo a la pobreza, en la esperanza de que te toque
un buen pellizco desde un juego de azar , o desde un buen negocio.
Está claro que estos son motivos vigentes de conservación de la
moral. No tengo dudas al respecto.
En
cuanto a los grados de moral especificados por Nietzsche considero
que están demasiado centrados en la moral europea. No son
universales. Y digo esto porque menciona entre sus grados los
mandamientos de la ley de Dios , que no afectan a todas las
religiones del mundo ni a todas sus morales. Y también lo digo por
su definición , totalmente europeísta y descristianizada, de
espíritu libre.
Carenadamente
escribiendo los grados de moral deben surgir de la integración
positiva de todas las morales existentes en las sociedades presentes
en nuestro planeta, sin distinción de supremacías culturales que
suelen estar amparadas en aspectos tecnológicos antes que
filosóficos. Y al escribir “integración positiva” me refiero a
aspectos morales concretos vinculados con la construcción de futuro
antes que con la destrucción homínida de un individuo o muchos.
Positivo es para uno, para unos pocos, y para muchos. Creo que es
posible. Una moral así de integradora sería una moral
postprimitiva. Sería una moral realmente inteligente, antes que estúpida.
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