Estaba
a punto de llegar el amanecer. Ela se había anticipado al
despertador un día más. Su trance matutino le resultaba sumamente
estimulante. Amaba su protocolo y el desarrollo tempranero de su
actividad favorita: observar el amanecer todos los días junto a su
hija.
Ela
era ya mayor pero había sido joven, y desde que tenía conocimiento
se había levantado un buen rato antes que el sol. La razón de dicho
hábito autoinflingido era fundamental para ella, y se lo estaba
enseñando a su hija.
Tal
como todos los días cogió la burra y el carro para dirigirse a su
parcela favorita que estaba situada a media hora de camino. Llevaba
en el carro asiento y desayuno, le acompañaba su hija Ela , la
pequeñita.
El
burro , que conocía el camino, siguió su ruta tal como un reloj atómico
y llevó a las ocupantes del carro hasta la finca del Pino. Bajaron
las butacas y una mesita y , antes de desayunar lo que acarreaban, se
orientaron con sus butacas hacia el este y se pusieron a esperar con
una botellita de agua a su vera. Bebieron juntas, casi sincronizadas,
y esperaron el momento.
Madre,
hija, butacas, y agua, quedaron orientadas hacia el sol que nacía un
día más. Fueron bañadas por su luz creciente durante un tiempo
infinito. Impregnadas y felices se mudaron a la sombra del Pino y
meditaron sobre la nada, pues ante tamaño espectáculo no era
necesario hablar sino todo lo contrario. El silencio verbal y mental
dominaron a madre e hija durante ese tiempo en el espacio iluminado.
Cada
mañana. Durante toda la vida de Ela, el amanecer era el momento que la animaba. Era el momento en que recargaba baterías de existencia, y la pequeña Ela estaba aprendiendo a hacer lo mismo. Comenzaba hasta a dominar la contemplación vacía del amanecer.
Después
de la contemplación llegaba el momento del desayuno. Leche de termo,
pan, queso, y mantequilla de cabra.
Trump declara DEFCON 0 tras el anuncio de Carenado de ir a la Costa de Maine en un vehículo de un burro de potencia a contemplar el amanecer a diario y luego hartarse de desayunar mantequilla de cabra
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