He
insistido muchas veces en que la codicia, la avaricia, y la mentira,
son los pilares de nuestro sistema de intercambio de bienes y
servicios. Es demasiado evidente su despropósito. También he
escrito que la publicidad fomenta la envidia junto a otros
antivalores como las comparaciones indirectas con animales. Existen
mensajes evidentes , por ejemplo, de que sí compras tal coche
dejarás de ser un perro, o un copiloto secundón. No especifico la
marca porqué soy un cobarde. Mi cobardía está apantallada por mi
seudónimo desde el principio. Mi perturbado seudónimo es como un
paraguas con alguna varilla rota. Un paraguas que me protege ,
parcialmente, de mojarme demasiado. Antes y después, soy un cobarde.
Como ya he escrito alguna vez. Los demás humanos tenéis mi permiso
para considerados grandes o grandiosos. Es lo normal. Es lo típico.
No está bien hablar mal de uno mismo, pocas personas lo hacen pese a
ser bichos vomitivos -aunque no todos-. Eso no importa. Si la imagen
pública se hace turbia, ésta puede lavarse con dinero para el que
lo tenga, claro.
También
hay mensajes evidentes que expresan que sí no compras en tal sitio
eres tonto. Multitud de proposiciones consumistas están bañadas en
defectos humanos, defectos animales, animaladas humanas.
Es
impresionante hasta donde llega el aleccionamiento para ganar, ser el
mejor, demostrar la valía constantemente, esforzarse para ser más,
por ser más, competir por todo, defender solo lo propio, robar en lo
posible, descargar culpas en otro, etcétera. Otra vez aparece esta
palabra de las narices: Etcétera.
El
sistema construye ídolos constantemente. Es tremendamente eficaz.
Salvo en contadas excepciones los ídolos son personas que se
sobreesfuerzan para llegar antes, para saltar más alto, para
demostrar que son más inteligentes, más hábiles, para demostrar
que son más pillos. Es tremendo. Es triste.
Los
medios de masas, en lugar de ser imparciales, son tremendamente
parciales. Defienden su ideología, su pagador, su afín, su socio
antes que las ideas de otros. No tienen pudor ni principios
auténticos. Defienden el poder establecido aunque no sea justo, ni
ético, ni mínimamente defensor real de los ciudadanos. Los sesgos
informativos son excesivamente evidentes. Hasta crueles. Muchas veces
leer las portadas de los periódicos da mucha pena. Entran ganas de
llorar.
¿Qué
significa esta realidad desde un ser que siempre se queja? ¿Por qué
se queja tanto Constantino Carenado? Un amigo chino me comentó en su
franqueza que me quejo mucho, que los españoles nos quejamos mucho.
¿Por
qué me quejo tanto? Porque quiero un mundo más justo, un mundo
mejor, un mundo donde gobiernen los justos y los sinvergüenzas
realicen trabajos de jornaleros, por ejemplo. Trabajos básicos. Debe
haber hombres buenos por algún lugar. Seguro que existen. Y cuando
expreso hombres me refiero a seres humanos más allá de su sexo.
Posdata:
pido disculpas por estas letras a todas las personas buenas que pasen
por aquí. Este texto no va con ustedes. Ustedes sois las que hacéis
este mundo más habitable. Gracias.
"Un amigo chino me comentó en su franqueza que me quejo mucho"
ResponderEliminarCalenado llolal mas que dueño de tienda china en una inspección de tlabajo segulidad.
"Los medios de masas, en lugar de ser imparciales, son tremendamente parciales"
ResponderEliminarEn efecto: Polvillo, que es un medio de masas(de pan) ha concentrado la mayoría de sus sucursales entre el Tirolínea, Aracena y Riotinto, ignorando del resto del planeta.
Las negociaciones sobre el Carenexit van a buen ritmo. La comunidad de vecinos ya ha acordado con Correos cuantos sellos tienen que poner para empaquetar a Carenado para el desierto del Gobi.
ResponderEliminar"Y cuando expreso hombres me refiero a seres humanos más allá de su sexo."
ResponderEliminar¡Machirulo! ¡heteropatriarca!
Los barones del Tirolínea apoyan la facturación de Carenado a Pakistán vestido de templario.
ResponderEliminary un escudo de Jamones Badía
EliminarEso
Eliminar