Las
cosas de las comunidades, como unidad democrática básica entre
muchas, son asuntos dignos de reflexión. De ahí surge esta entrada
de hoy, que solo busca reflexionar sobre decisiones asamblearias y,
por ende, democráticas.
Hace
unos meses sugerí que sería interesante que una vecina que no paga
la comunidad pagase ésta limpiando el bloque cada cierto tiempo. De
hecho, que yo conozca, hay otro caso en el barrio, y algunos más
según me han dicho. Pues, el otro día hubo cónclave de vecinos, o
asamblea, y se decidió algo al respecto. Creo que lo que se dijo,
respetando el anonimato de mis vecinos y su privacidad, merece la
pena ser expresado y contado. Es un indicativo de como funcionan las
democracias más elementales del siglo veintiuno.
En
un primer momento , antes del inicio de la asamblea, la endeudada
habló con la administradora y no se quedó en la reunión. Se fue.
Nunca ha asistido a sabiendas de que, aunque no pueda votar dada su
deuda, sí tiene derecho a expresarse, a escuchar, y a ser
escuchada. Su conversación con la administradora rondó la firma y
recepción de una documento donde la administradora acusaba el recibo
de una propuesta formal. La vecina proponía limpiar el bloque para ir
saldando su deuda ante la denuncia que le había llegado del juzgado.
La administradora no firmó.
La
asamblea al completo decidió no creerse la propuesta formal de la
propietaria deudora, dado que se dijo que sí esa propuesta se
firmaba la denuncia se paraba. Objetivo presumible de la vecina. Se
expresó casi por consenso que los vecinos no se fiaban de ella pues
a qué venía esa propuesta ahora , tras la denuncia formal. ¿ Y por
qué no propuso esa opción hace años? Nadie creyó que sus
propósitos fuesen nobles, sino formales. Buscaba parar la denuncia
durante un tiempo.
Parece
ser, además, que ha dejado de pagar la hipoteca y, tarde o temprano,
la desahuciaran salvo que venda, si puede.
Desde
mi visión de las cosas la propuesta era interesante pero desconocía
como podía gestionarse algo así sin que se diese la vuelta a la
tortilla. Varias vecinas argumentaron que sí trabajaba para el
bloque era capaz de tener un percance, o accidente, y denunciar a la
comunidad. Se dijo que sí ella se daba de alta en la seguridad social
admitirían su propuesta. No obstante, no he visto esta opción en el
acta recibida. Curioso.
Poco
más puedo decir de las decisiones asamblearias de una comunidad de
vecinos. La democracia básica es difícil . Hay vecinos que no se
aguantan, cuando deberían hacerlo. Los conflictos de intereses , las
decisiones históricas no olvidadas, y el uso de los cuartos de todos
provocan desavenencias. Hay que reconocer que la democracia vecinal
es difícil. Todos los vecinos quieren ganar, normalmente, y no
siempre es posible. La administradora es la que lo tiene más claro y suele sesgar la información para defender los intereses de la mayoría, siquiera aparentemente.
Somos sus clientes.
La Casa Blanca sigue sin pronunciarse ante la propuesta de Carenado de incluir el esperanto en su web.
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