Ha llegado el turno de la
avaricia. La verdad es que, tanto a nivel particular como general, es
un pecado capital que constituye un imperio en estos momentos
históricos, e ignoro si siempre ha sido así en el tiempo mental de
los homínidos. Otra vez ni idea sobre el pasado histórico de este
pecado clasificado y reinante.
Reflexiono sobre todos
los pecados capitales expresados en este entorno y me entran ganas de
llorar, y si pienso sobre La Avaricia hoy , ahora, en lugar de
llorar... ¡Berreo!
Puede parecer que estoy
siendo muy exigente en todos mis análisis , pero como Constantino
Carenado, como indignado pobre, es lo que pienso, siento, y ,
evidentemente, transmito. Dejo, dejamos, y dejáis mucho
que desear, y no tengo miedo de no usar exclusivamente la
atractiva primera persona del plural, o el penetrante: nosotros...
Los humanos somos,
sois, y son, bichos homínidos en toda regla. Lo siento por todas las
almas sensibles que puedan ver otras cosas en los comportamientos
sociales mayoritarios de nuestra especie animal con cerebro grande, y
manos ligeras. La codicia impera y reina sin pudor. Incluso
es amada tal cual vellocino de oro moderno. ¡Ja,ja,ja;ja,ja!
¡Ja,ja,ja;ja,ja!
A nivel general es
penoso. La codicia, o la avaricia mezclada con la envida perturbadora, constituye
un anatema del éxito personal y profesional. La sutil Avaricia,
junto a su prima Envidia, nos tiene conquistados. No dudo en
incluirme aunque luche contra ella, ya expresaré su aspecto
particular desde mi parcialidad.
Parece que no nos damos
cuenta, pero es increíble y, a su vez, penoso. Muchas personas
intentan compensar esta tendencia con el altruismo, ayudando a los
otros pero, aunque es algo precioso y bonito, no es suficiente, no
frena la vorágine de la corriente dominante. La cruel corriente del
poder estúpido que olvida la grandiosidad de los seres vivos, que
olvida su singularidad al clasificarlos para segregarlos, sutilmente,
antes que otra cosa. Esa corriente hace que sean tiempos de
Maquiavelo.
Recuerdo a una de mis
abuelas que lo tenía muy claro, tal como muchas personas de hoy:
- Yo, primero yo, y
,después, yo.
Este asunto de la codicia
tiene el corolario del abusón, o abusona. Es ese típico comentario,
incluso expresión consabida, donde al generoso es tachado de tonto,
o en el peor de los casos, es ignorado, apresado, robado,
vilipendiado, o muerto. Y sucede con frecuencia.
Dado que tengo la
oportunidad, de momento, de expresarme en libertad e indignación
pacífica, pues lo hago. Gracias.
Resumiendo a nivel
general, muchas de las filosofías productivas llevan la codicia
impresa en rojo. Codiciamos más dinero. Codiciamos más tiempo.
Codiciamos más poder, más producción, más beneficios...
Codiciamos una silla mejor. Codiciamos una casa más grande.
Codiciamos otro barrio. Codiciamos más comodidades... Viajar más
lejos que nadie. Codiciamos más de lo que sea...Y aquí,
intencionadamente, he usado la primera persona del plural. El sistema
en que estamos inmersos se nutre de la codicia constantemente, y a
todos los niveles. No hay límites en su vorágine. Y sino participas
de esa dinámica, más allá de ser entendido como un fracasado que
está inadaptado a una bazofia, eres una rémora, un irresponsable,o
cualquier otra lindeza bien intencionada desde el mono-pensamiento de
la corriente principal . Desde el dogma reinante, al fin y al cabo.
Parece que se está prohibiendo pensar. ¿Pensar es peligroso?
¿Desde cuándo? ¡Venga ya! ¡Pensar es más necesario que nunca!
Hay un forma de codicia
muy curiosa y es la de robar a los otros sin que se den cuenta, o se
den poca cuenta. En numerosas conversaciones en el tiempo , gente
apreciada ha reconocido que ante la tentación de meter la mano en el
dinero público, por poner un ejemplo, para su uso particular y de
sus personas apreciadas, metería la mano en la saca sin dudarlo. Si
se puede robar, se roba a cualquier nivel y dentro de las
posibilidades de cada uno. Es ,digamos, el Punto Codicia, o el Punto Avaricia. En mi caso
reconozco que sería una tentación y , siendo como soy en estos
momentos, recurriría a mi ética animal para evitar ser arrastrado por esa tentación
injusta para los otros y su pecado. Una cosa es que quiera que me
toque la lotería, o el cupón, por poner un ejemplo, y otra muy
diferente es si abusaría de mi posición de poder para beneficiarme
económicamente o, también sirve, para robar.
A nivel particular voy a
ser bastante breve y conciso.
Codicio todo aquello de
lo que quiero más sin tener en cuenta lo que ya tengo. Reconozco que
mi codicia , o mi avaricia personal, se ampara en desear intensamente aquello de lo que
carezco, de lo que dispongo poco. Codicio para rellenar mi vacío. Mi
ansia codiciosa es una tentación permanente que el sistema
socio-económico en que vivo lubrica, o “perfecciona”, con gran
precisión. La corriente principal muchas veces me arrolla. El mundo
me pide codicia, o, repito, avaricia, antes que generosidad.
La cosa de la codicia es
que, me guste o no, tengo que vivir con ella como con todos los otros
pecados. En resumidas cuentas, y desde el punto de vista de la
moralidad cristiana, soy un claro pecador que intenta tener los
mejores gestos posibles sin conseguirlo.
En estos momentos de mi
vida codicio , sobre todo, dinero y salud para poder dedicar el
tiempo que me quede de vida a hacer lo que me gusta. Y en estos
momentos Carenados me gusta: escribir, inventar, y estar con las
gente que aprecio y quiero reunido o paseando. Jacarandá entre ellos. Mi familia, Ele,
Jota, Eme, Elle y próximos a ellos, también.
Posdata 1:
a nivel particular codicio más cosas de las expresadas , pero hasta
Constantino Carenado tiene límites en lo que puede ,o quiere,
expresar. No obstante, no codicio el mal en los otros, ni la
desgracia ajena. No codicio la desgracia ajena por la razón que sea.
Ahí, a ese lugar tan oscuro, no he entrado aún, ni quiero.
Posdata 2:algunos
podéis pensar que me estoy pasando en mis conjeturas pero no es así,
porqué la codicia se caracteriza por su vehemencia argumental, y la
vehemencia es imposición, es presión hacia los que no participan
del deseo vehemente. Cosas de codicia y codiciosos. Cosas de animales
humanos avariciosos en sí mismos.
"Lo siento por todas las almas sensibles que puedan ver"
ResponderEliminarCarenado poniéndose unas mallas de leopardo para hacer de telonero de AC-DC.
El telescopio Spitzer de la Nasa capta a un agujero negro expulsando lo que parece ser la antología poética de Carenado.
ResponderEliminar