Cuando era adolescente
una tía mía, a la que quiero mucho, me regaló un libro sobre los
siete pecados capitales. Hasta ese momento no los conocía, y ahora ,
para mi pesar, los conozco estupendamente. Es evidente que sobre este
tema se han realizado muchos escritos, y hasta películas como Seven.
Película “Yanki” interesante y salvaje donde las haya.
Constantino Carenado, pese a su indignación que casi es ira, no
podría haber realizado algo así ni en un guión, al tratarse de una
historia demasiado cruel. Cruel como muchas historias que navegan en
cines, series de televisión, y libros. La violencia abunda demasiado
en todos los medios de comunicación, y de expresión artística de
mayor o menor calidad: películas, series de televisión, libros,
videojuegos... Es bochornoso y muy real.
Pues recientemente he
vuelto a reflexionar sobre estas ideas, o pecados capitales, con una
amiga que es maestra. Dados los tiempos que vivo, considero necesario
una pequeña saga sobre ellos. Una pequeña serie de textos donde
trataré los siete pecados capitales desde mi penosa visión
Carenada.
Evidentemente estos siete
pecados capitales tienen un referente claro en la moralidad cristiana
y su reflejo inevitable en el mundo de la ética e, incluso, en el de
la estética. No hay ideas aisladas. Las ideas se conectan en el
tiempo e influyen sobre otras ideas. Nosotros, los homínidos, solo
somos mensajeros temporales de ellas. La moralidad cristina está
llena de buenos propósitos que raramente se cumplen, pues no he
conocido homínido que no se haya dejado arrastrar por uno o varios
de estos pecados morales. Es lo que he observado, guste o no.
Estas entradas
siguientes, en que algunas me resultarán muy incomodas, serán
reflexiones sobre mi moralidad y ética e, inevitablemente, sobre
vuestra moralidad y ética. Sobre la moralidad observada en terceros
en el camino de mi subjetiva vida, y sobre mi moralidad observada
sobre mí mismo. Todo ello con las limitaciones propias de un animal
declarado como el que ha tecleado este texto de hoy.
Espero que os guste la
saga. En ningún momento buscaré ofender, sino ser franco o sincero.
En los textos que siguen, tal como en muchos anteriores, habrá
subjetividad ,e incluso parcialidad. Es inevitable. La parcialidad
existe en toda reflexión filosófica, o no filosófica. Existe en
toda opinión. Un ejemplo: muchos pensadores besan sus ideas, pero yo
no puedo. En mi caso solo beso a Jacarandá cuando se deja, cuando me
deja.
Tú más que de capital eres de pueblo, pero bueno...
ResponderEliminar"En los textos que siguen, tal como en muchos anteriores, habrá subjetividad ,e incluso parcialidad."
ResponderEliminar...Incluso amor, lujo y pasión.
"Cuando era adolescente una tía mía, a la que quiero mucho, me regaló un libro sobre los siete pecados capitales"
ResponderEliminarAdemás te lo firmó el Papa Gregorio I antes de irse a evangelizar a los anglosajones.
Lujuria:
ResponderEliminarEl ADN corrobora que Manuel Benítez el Cordobés es tataranieto de Carenado
Encuentran la orden de alejamiento de la Dama de Elche contra Carenado.
ResponderEliminar"Es bochornoso y muy real"
ResponderEliminarCarenado al ser preguntado por su biógrafo si es cierto que suspendió el examen de Religión tras contestar 5 a la pregunta "Cuántos son los 7 pecados capitales?"
Detienen a un vecino del Tiro de Línea por masturbarse delante del escaparate de una panadería.
ResponderEliminarEl hispanista Tedio Plómez Sopor afirma que Cervantes se inspiró para el capítulo de Don Quijote contra los molinos de viento en un asalto que hizo Carenado por esa época a dichos molinos y mangar harina pa hacer pan pal desayuno.
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