Es curioso
como reflexionar entorno a las consecuencias de mi indignación
perpetua , aunque decir esto es un poco exagerado, puede suponer, a
medio plazo, un estado tóxico y permanente. Reconozco que corro el
riesgo de convertirme en un infeliz indeseable , o indignado perpetuo
sin metáfora, si no soy capaz de interrumpir, en un momento
definido de mi vida, esta actitud justificada en las injusticias del
mundo en que vivo, en las injusticias que he vivido en el pasado, y
en las injusticias que ahora vivo de cerca. Esta actitud tóxica,
justificada en la toxicidad de un sistema socieconómico estúpido
que pretende conservarse y ser muy inteligente con ideas como el
darwinismo social, puede pasarme factura.
Recuerdo
ahora como discutía de estos asuntos absurdos con mi amigo Gómez,
el primer amigo economista que tuve. Ahora tengo dos amigos
economistas más, y ya no discuto mucho pues , directamente, grito.
Cuando era
joven tenía ciertas esperanzas en un mundo más justo, en un mundo
mejor a medio plazo. Mi voluntariado alimentaba mi esperanza... Pero
el tiempo, y la vida, me ha ido desengañando y generando
frustraciones de todo tipo. Pequeños duelos, o grandes, que han ido
haciendo daño a mi ánimo. Perder mi último trabajo estable y
duradero, en una empresa instaladora de VPO, rompió mi equilibrio
emocional llevándome a esta indignación permanente que muchos
conocéis e, incluso, alimentáis.
Pienso que
vivo una etapa de mi vida animal donde asumo la indignación como
procedimiento reivindicativo ante los despropósitos del sistema
socio-económico en que vivo, ante los despropósitos de los
responsables que no son responsables o cosa parecida. El término
responsable público ha perdido todo el significado para mí. Solo
veo "chupópteros" de diferentes colores con ganas de ser
votados, seres humanos que han perdido la perspectiva social frente a
la económica- si alguna vez la tuvieron-.
¡No hay
responsables de esta crisis!
Pues las
consecuencias de dicha crisis las estamos padeciendo los que no
tenemos responsabilidades públicas. Las estamos padeciendo los
nadie.
¿A quienes
representan los responsables públicos, o políticos?
¡Deberían
borrar la palabra responsable del entorno de la política!
¡Debería
borrar la palabra desacreditación!
Pues unos
desacreditan a otros, y en eso basan todos sus esfuerzos mediáticos
para conquistar el poder.
¿Qué
poder?
¡Qué poder
ni poder!
No quiero
que seáis poderosos, me resbala -por no decir algo peor-, solo
quiero que representéis los intereses de la mayoría de la
población representada (¿Entendéis ésta palabra? ¿De
verdad?). Evidentemente, los intereses de la mayoría deben estar
supeditados a los Derechos Humanos.
Al vivir en
un mundo hipócrita, y mentiroso, la indignación me ha parecido una
actitud razonable pero siento que está perjudicando mi débil salud
mental. Observad lo que escribo a veces entre babas:
lhoniofgdfdh
jujuju
blu,blu,blu
aaaaaaaaa
Además
sueño en objetos como líneas, y puedo pensar en ellas diez segundos
sin distraerme...
Tengo miedo
a volverme más loco de lo que ya estoy, y aunque no soy peligroso,
pues tengo conciencia, respeto el significado de la palabra paz ,y
amo las ideas de los derechos humanos, tengo miedo de que mi
indignación perpetua sea real antes que metafórica. No quiero,
ni deseo, un final indignado de existencia, aunque el mundo sea una
mierda...
A ver que se
me ocurre para sustituir al indignado de Constantino Carenado, por un
animal parecido pero menos tóxico. ¿Tenéis alguna propuesta?
Saludos.
"lhoniofgdfdh
ResponderEliminarjujuju
blu,blu,blu
aaaaaaaaa"
Carenado, esperando a que le pongan la primera tostada.
"A ver que se me ocurre para sustituir al indignado de Constantino Carenado, por un animal parecido pero menos tóxico. ¿Tenéis alguna propuesta?"
ResponderEliminarCatwoman, dado tu gran parecido con Halle Berry.
También puedes dejar de comer fabada
Eliminar"Tengo miedo a volverme más loco de lo que ya estoy"
ResponderEliminarCarenado, hablando con el buzón de correos del barrio
"Cuando era joven tenía ciertas esperanzas en un mundo más justo"
ResponderEliminarPero llegó la Primera Guerra Mundial y el káiser Guillermo pisoteó tus esperanzas.