Es
curioso como apenas he escrito sobre mis hermanos en este entorno.
Quizás sea la privacidad de lo adecuado. Recuerdo hoy el vino
caliente con canela que tomé en un mercado de navidad Alemán con mi
hermano el mediano. Recuerdo ese olor penetrante, casi disolvente, a
alcohol evaporado. Recuerdo las luces navideñas de un montón de
puestos ofreciendo algo, múltiples elementos degustables, hasta el
día de navidad. Recuerdo.
Era
preciosa tanta luz y sonido. Eran preciosos tantos olores , incluidos
los del vino y la canela. Era ,y es, una costumbre preciosa y con
encanto pero ahora , lo siento, vienen los peros de ésta estúpida
entrada de hoy.
Independientemente
de la nacionalidad de un cristiano...
¿Habrá
capacidad, alguna vez, de ser cristianos auténticos? Y no puedo
escribir sobre religiones que no he conocido.
Pues
eso: ¿Sucederá qué los cristianos sean auténticos?
Yo
lo intenté en su tiempo, en un tiempo de mi pasado indefinido, y lo
dejé. Desde entonces mantengo una ética que se está haciendo
añicos en la necesidad, y fuera de ella. Sufro. Me siento estúpido.
Tanto necesito y tampoco tengo, o dispongo, que depender de los demás
comienza a pesarme. No me gusta un pelo. Soy frágil en navidad y
después de navidad , y eso no me gusta porqué es incompatible con
mi libertad física (si existe). Dicen que la libertad tiene un
precio y que debe ser así, pero la única libertad está en mi
mente, en mi cerebro, en mis tripas, en mi corazón. Creo que soy un
esclavo físico en navidad, un esclavo de alguien indefinido. Soy un
esclavo de eso.
Pese
a ser un esclavo físico, siento la libertad en mi interior, quizás
pura apariencia, cuando observo el horizonte despejado en una mañana
de campo. En ese instante el aire de horizonte me guía en un sino de
esclavo navideño que se cree mentalmente libre.
Lloro
por dentro y no quiero pedir ayuda pues la ayuda, tarde o temprano,
cuesta y no puedo pagarla, no podré pagarla. Me siento libre y
encerrado. Me siento en una paradoja. Parece que todo tiene un precio
y he descubierto que mi precio es cero. Ese es mi precio exacto.
El
día que sienta mi mente esclava, aunque ahora puede que ya lo sea,
estaré perdido en la soledad del sino de eso. Espero aguantar mucho.
Espero. Y mientras espero deseo lo mejor a todas las personas que
aprecio e, incluso, a las que no aprecio. Deseo lo mejor a todas las
personas buenas consigo mismas y con las demás. Debe haber algunas
personas buenas antes y después de navidad. También debe haber
cristianos auténticos. Espero.
"Recuerdo ese olor penetrante, casi disolvente, a alcohol evaporado.
ResponderEliminarCasi no, te bebiste el disolvente y el barniz.
Y todo ello vestido con pantalones tiroleses y gorrito con pluma
EliminarTras beberse las existencias y eructar, se dirigió a la residencia de la Merkel a cantarle clavelitos.
ResponderEliminarJa, klaveliten auf meine corazonen, haserme llorar como soldaden francés und combaten.
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