Hace
varias entradas expresé levemente que tengo compañera de viaje.
Desde nuestra tendencia a la centrifugación, o a la reflexión,
hemos estado dándole vueltas a la palabra amor. ¿Nos amamos? ¿Qué
es el amor? ¿Hemos amado alguna vez? ¿Solo ama Dios?
No
pensaba, en mi torpeza, que podría resultar algo tan difícil de
entender, o definir, más allá de lo que dice la R.A.E.
Siempre
había pensado que conocía el significado de esta palabra. De hecho
he expresado muchas veces que hay que amar al prójimo como a uno
mismo, para estar más allá del bien y del mal de Nietche.
¿Cómo
se ama uno, a uno mismo? ¿Es eso posible? ¿Me amo a mí mismo de
verdad?
Fuera
parte de los asuntos masturbatorios, que no son cuestión de amor a
uno mismo -siquiera para mí-, no consigo saber sí me amo y, a
partir de ahí, sí realmente puedo amar. En estos momentos me
resulta imposible o, siendo optimista, muy complicado. Dado el
bloqueo mental que padezco me remito a la referencia más próxima
que, en este caso espacio-temporal, es el diccionario enciclopédico
océano (1982. ISBN 84-7505-369-6 (VOL.1)) que es el que tengo más
cerca en la biblioteca en que me encuentro escribiendo estos
significantes. El documento comentado está detrás de mi espalda
-pereza ante todo-.
Pues
eso, consulto el documento comentado mientras ensucio hojas de papel,
con el carboncillo de una mina absurda de dos milímetros. Transcribo acepciones como estas:
-Afecto
por el cual busca el ánimo el bien verdadero o imaginado, y apetece
gozarlo.
-En
filosofía sobresale la teoría platónica del amor,...La aspiración
del alma al Bien supremo entendido como belleza, crea una afección
hacia la representación ideal de los seres y posibilita la ascensión
al conocimiento absoluto o contemplación mística del mundo de las
ideas...
...reviste
tantas formas como permite la variedad de psicologías individuales,
y de él se han expuesto multitud de teorías filosóficas, leyes
psicológicas y condiciones necesarias para su existencia, sin que
haya sobre la materia acuerdo posible.
-Conjunto
de fenómenos afectivos, emocionales y conscientes que vinculan
entre sí, o una respecto a otra, a dos personas.
-…
En su vertiente social supone la formación de un “nosotros
personal” que actúa de modo unitario y coherente dentro del grupo
humano en que se está inmerso.
Después
de leer párrafos como los de arriba, incluso antes de eso, creo que
el concepto amor se ha , discúlpenme, prostituido en su promiscuidad
de uso. Mi compañera de viaje, y yo, hemos decidido que nuestro
amor es , por ejemplo, “patatónico” (mezcla entre amor platónico
y amor de patata).
Ahora
en serio. Sí el amor es una fenómeno afectivo, ha sido tratado por
múltiples teorías filosóficas, sin acuerdo entre ellas, y puede
generar un “nosotros personal” que afecta a un grupo humano (como
la religión del amor)... Para mí el amor termina siendo un término
ambiguo que actualmente está siendo sustituido por conceptos como:
afecto, autoestima, querer, e incluso, desear (lo siento)...
Pienso,
desgraciadamente, que nunca ha habido un amor comparable al de
entregar la vida por los otros (sacrificio vital de un mártir). Un
servidor no le encuentra mucho sentido actual al sacrificio vital de
un mártir, o al asesinato de una víctima , pues ambas cosas me
repelen y me parecen absurdas desde una filosofía del debate
pacífico y la negociación justa. Me parecen absurdas desde una
época donde el conocimiento y la libertad son más grandes y
accesibles que en cualquier tiempo pasado.
Pero...¿Qué
quiero decir?
Exceptuando, evidentemente, a las víctimas y mártires que sean consecuencia de catástrofes naturales...Si
fuésemos justos no sería necesario una mártir ni una víctima. Y
lo curioso, aunque parezca ciencia ficción, es que podemos ser
justos los unos con los otros desde cualquier religión (o filosofía)
pacífica, justa, y negociadora. Punto pelota.
¿Tendría
sentido un mártir, o una víctima, en un mundo justo?
Pues
no. ¿Por qué matar a otro, si puede evitarse?
Nos
encontramos en un momento histórico en que podemos hacer grandes
cosas juntos, o podemos joder las cosas juntos. Las decisiones
correctas deben ser tomadas y, curiosamente, pueden ser tomadas en un
mundo ínter-conectado. Tenemos las herramientas para un mundo justo,
antes que para un mundo domesticado.
¿Será
el momento del auténtico Amor?
¿Será
el momento del conocimiento?
Siento
haberos molestado con esta parrafada inútil para escribir,
simplemente, que no sé lo que significa la palabra amor, a parte del
amor de un mártir como Cristo (por ejemplo). Las palabras: sacrificio
y felicidad, chocan en mi mente. Me parecen incompatibles. Deben ser
conceptos que no funcionan bien dentro de mi cerebro de patata.
Discúlpenme un día más. Discúlpenme por no saber el auténtico significado
de la palabra amor. Discúlpenme por escribir mucho para no decir nada. Presente.