Hace unos
días el Hada del Bosque entró volando por la ventana de nuestra aula del curso
del Paro. Llegaba tarde, cuando normalmente llegaba temprano y andando. Parecía
un Peter Pan, o una Campanillas (grande) versión española, femenina y Pickman. Nos
sorprendió a todos, incluso al que escribe, y preguntamos a coro lo que sigue:
-
¿Qué
ha pasado?...¿Vuelas? – preguntamos a coro de veras.
-
Normalmente
no, pero cuando tengo prisa lo hago. Para las hadas volar es fácil.
-
Ahhh…
hada- respondimos al unísono de veras mientras ella justificaba su tardanza.
-
Venía
hacia aquí con el tiempo suficiente, como todas las mañanas, pero me crucé con
el Hada de la Bruma.
-
¿Otra
hada? – preguntó la compañera de los rulos torcidos.
-
Si. Ella viene mucho por la Gran Plaza, pues trabaja en un supermercado que está cerca…Hasta las Hadas tenemos que
trabajar con la crisis.
-
¿Las
Hadas trabajan en tiempos de crisis? ¿Qué raro? Vaya una competencia tan rara.
– preguntó de nuevo la compañera de los rulos torcidos.
-
Si.
Cuando las personas visitaban el bosque nosotras nos alimentábamos de su goce,
pero ahora con la crisis le gente no hace senderismo. La gente visita los parques de las ciudades y
ahí, concretamente, no podemos vivir las hadas. Son lugares demasiado pequeños
y ruidosos.
-
No
son tiempos de hadas, Hada del bosque – intervino La Jefa, otra compañera del
curso del paro-. Ya no hay magia. Ya no hay cosas de esas. Son tiempos de
miseria y depresión. Solo se cree en el dinero, y la tecnología está
sobrevalorada. La tecnología ha dejado de ser herramienta para convertirse en
objetivo. Son tiempos extraños.
Interrumpiendo la disertación de La Jefa un ruido atronador
inundó la estancia. La academia fue arrollada por un meteorito de origen desconocido.
Sevilla fue arrasada por el universo. Tiempos extraños. Tiempos de caos.
Tiempos de extinción de hadas y humanos. Y cuento esto porque yo, el desgraciado Constantino Carenado, fui tele
transportado a Barcelona por los norteamericanos.
Estos norteamericanos están en todo y aún no sé por qué razón
me han salvado a mí. Ni idea. Quizás
seamos necesarios esos personajes indeseables que escribimos historias, aunque
sean malas historias, o registros de pedante (en este caso).
Hoy lloro por todas las personas y hadas que he perdido en la
catástrofe, pero dada mi situación actual, contaré en el futuro sus historias lo mejor
imposible. Espero que se me dé el tiempo suficiente, para poder contar historias pasadas de La Rulos, La Jefa y La Hada del Bosque. Creo que los que me tele-transportaron
se equivocaron, pero no soy hombre o animal suicida. Hasta la próxima.
Por cierto, parece que debajo de Sevilla han aparecido los
restos de la Atlántida. Una Atlántida que llegaba hasta el Parque Doñana.
Beodo perdido. Es la única explicación.
ResponderEliminarSi, parece un efecto secundario del whisky de semi-importación de Los Lagares...pero tampoco podemos descartar que Carenado crea que Freud era el batería de Pink Floid y Darwin el bajó de los Ramones,
Eliminar"fui tele transportado a Barcelona por los norteamericanos."
ResponderEliminarEs una operación secreta del Pentágono para dejar a los catalanes sin existencias de pan tumaca, y así poder colocar sus donuts.
El puto IO7 del iPad no me deja escribir bien en el careblog. Me corta el texto a veces y otras directamente no me deja publicarlo o se cuelga
ResponderEliminarNi a mi. Debe ser una subrutina que ha puesto Apple anticarenado
Eliminar"Interrumpiendo la disertación de La Jefa un ruido atronador inundó la estancia"
ResponderEliminarSeguido de un olor espantoso