En ocasiones solo puede
escribirse el cansancio. Ese cansancio tremebundo con el que tomas
conciencia inevitable de todos los músculos de tu cuerpo. Esos cuya
existencia desconocías. Ese tipo de
cansancio que es consecuencia inevitable
del trabajo manual.
Ese que está volviendo
tranquilamente a su histórico cauce de subsistencia antes que de vivencia (salvando ciertos oficios muy valorados en la historia
estúpida, sobre-valorada, de los
homínidos).
Todo es tan extraño y
visible, que suena a lo de siempre, que suena a clases antiguas
dejando oficios de siempre , o nuevos, en la ruina del pobre...Pero este texto de hoy
solo pretende expresar dolor y belleza. Comienzo, por comenzar por
algún sitio, por la belleza.
Pronto comenzará el
destape del pensamiento simple. Los hombres
observaremos las formas ocultas y comenzará nuestro trastorno.
Ver a una mujer guapa nos dejará de piedra un segundo.
Interrumpirá nuestras alergias al polen,
y a lo que no es el polen.
Escuchar una voz femenina
será aire fresco un tiempo. Contemplaremos
curvas y contornos hasta el desquicio controlado. La libido
despertará de nuevo hasta que el verano traiga la saturación de
las formas, y el desborde de los tamaños en movimiento.
La libido se alegrará
del calor y pensará que 'la calò', después de todo, no es tan
mala.Terminado el principio
del destape podremos bañarnos en azul, olvidar el amarillo, y
recordar otras formas, distintas a las únicas, durante
los fantasmas de la noche.
Todo es el cambio bonito,
incluso bello, de la naturaleza que llama sin pensamientos, de la
llamarada hormonal de primavera. Esa llamarada que a muchas mujeres presenta
nuestro aparente simplismo de varón salido.
Y sobre el dolor. ¿Qué
puede decir un animal,cómo yo, del dolor?
Que el dolor existe.
Que el dolor ajeno no
importa.
Que el dolor propio, es
un absoluto inevitable.
Que yo, animal entre
animales, deseo que no haya dolor propio ni ajeno pero, sin embargo,
existe.
Es una pena que el dolor
no sea realmente empático. Si lo fuese muchas personas buscarían
sanar el dolor ajeno. Ese dolor ajeno que , a los hechos me remito,
no importa, o importa un bledo.
Mientras yo salve mi
culo, lo demás no importa. Los demás no importan.
Así, entre tanta hipocresía y golpe en el pecho, el dolor reina.
Todo termina siendo una gota perpetua en que el otro, y no tú, sufre
tu dolor, sufre las consecuencias de tu enfermedad. Es todo tan extraño, que
solo ciertos paisajes pueden contemplar tranquilamente el dolor.
¿Cuál es el color del dolor?
Posdata: El título de esta entrada significa en Esperanto: ¡ El todo está vivo !
###uff, uff, ufff, ya continuaré que voy al objeto del pensamientos tan liados unidos a...###
ResponderEliminarTodos tus problemas físicos que los transfieres a síquicos, son causa de ausencia de movimientos motores, que a la vez son causa de pocos métodos de funcionamiento en tu plantilla clase, ya sabes que en tu test objeto diaAdia debes implementar dichos métodos, o tu base motora tenderá a pedrusco.
ResponderEliminar"¿Cuál es el color del dolor?"
ResponderEliminarEl negro.
"Mientras yo salve mi culo, lo demás no importa. Los demás no importan"
ResponderEliminar¿Y de lo que sale de tu culo quien nos salva?
"Pronto comenzará el destape del pensamiento simple"
ResponderEliminarMientras el destape sólo sea de pensamiento...
"Ese tipo de cansancio que es consecuencia inevitable del trabajo manual"
ResponderEliminar...intenta tocar menos la zambomba
"Mientras yo salve mi culo, lo demás no importa."
ResponderEliminarDeclaraciones de Carenado el la última concentración de gays en Chueca
"La libido despertará de nuevo hasta que el verano traiga la saturación de las formas, y el desborde de los tamaños en movimiento".
ResponderEliminarVolverán los sprays de pimienta
en tus ojos y en tu cara a rociar
y, otra vez, con gafas oscuras
al oftalmólogo visitarás...